¿Cómo aceptarse a sí mismo y por qué?
Aceptarse a sí mismo significa comprender cada faceta de ti, admitir que está bien y quererte por lo que eres, sin querer ser otra cosa. Aprender a aceptarse a sí mismo no es una tarea ardua o dolorosa, sino todo lo contrario. Muchas veces, es un mecanismo tan espontáneo y natural que no hace falta mayor esfuerzo.
A menudo, las personas se quejan de su carácter, no se gustan a sí mismas, aspiran a ser alguien que no son, y se frustran por ello.
En esta ocasión te daré una serie de recomendaciones para que puedas salir de ese laberinto donde te encuentras y aprendas a vivir en completa armonía para poder ser realmente feliz.
¿Cómo aprender a aceptarse a sí mismo?
Como te dije es sencillo, solo debes seguir una serie de pasos para completar esta tarea. Empecemos.
Paso 1: Aprende a quererte a ti mismo
Nadie es más importante que tú, que tu persona, además tu cuerpo es el lugar donde te quedarás toda tu vida, tienes que apreciar este fantástico lugar. Date siempre la oportunidad de ser lo que quieres ser, elimina los pensamientos limitantes que no te permiten ir en la dirección que quieres.
Si aprendes a amarte a ti mismo, como resultado sabrás disfrutar tu vida, serás apreciado por tu naturaleza. No es necesario demostrar algo que no se es para ser comprendido.
Paso 2: Aprender a aceptarse a sí mismo
Todo lo que crees saber de ti mismo no es más que la suma de las creencias que te han inculcado otros desde tu nacimiento. El error humano más común es pensar que para complacer a alguien es necesario mostrarse como lo que no se es en realidad.
Aceptarse a sí mismo es una forma de demostrarse amor, pase lo que pase. Todo lo que te ha sucedido es la causa de cómo piensas en ti mismo o como te ves a ti mismo. Haz que tus inseguridades se vuelvan seguras, aprécialas, acéptalas.
No creas que eres como te describen los demás, toma conciencia de quién eres y no tengas miedo de mostrarte tal y como eres.
Paso 3: Analizar tus puntos débiles
Analiza todas las facetas de ti, escribe en un papel todas las cosas que te gustan de ti mismo y en la otra las que NO te gustan.
Las cosas que te gustan de ti, es decir, aquellas características de ti mismo que no cambiarías, son tus FORTALEZAS. Es decir, aquellos puntos que te hacen único, que te hacen sentir bien.
Las cosas que NO te gustan, en cambio, representan tus puntos débiles, tus inseguridades. Pero como todos sabemos, para un buen crecimiento personal, hay que prestar atención a estos, más que a otros. Así que, basándose en tus puntos débiles, evalúa lo que te gustaría cambiar.
